jueves, 29 de septiembre de 2011

Instinto paternal



Resulta que hoy escuchando la radio estaban tratando el tema del instinto paternal. Resulta que hay un estudio reciente que demuestra que dicho instinto existe.

En el mes de septiembre la revista Proceedings of the National Academy of Sciences of the USA publicó un estudio en el que quedaba demostrado que los niveles de testoterona (conocida como la hormona de la masculinidad) descencian al ser padres, de hecho se verificó en el estudio que los padres que pasaban más de tres horas al día con sus hijos tenían niveles de testosterona más bajos. Esto invita a pensar que están preparados para implicarse emocionalmente en el cuidado de sus hijos. Dejan de lado un poco la hormona que les invita a ser machos, al combate, a la caza y cambia en dirección al cuidado de la prole.

Aunque no es la única hormona que interviene en la paternidad feliz consiguen que el hombre no tenga ganas sólo de aparearse sino que también desee tener hijos y cuidarlos. Estos cambios hormonales provocan,en algunos hombres, síntomas parecidos a los de la mujer embarazada: nauseas, falta de apetito, comportamiento caprichoso. El futuro papá se puede volver sensible y antojadizo.

Con esto quiero decir que se les debería reconocer un poco más en esta tarea. Ya no vivimos como hace 30 años cuando no nos llegariamos a plantear siquiera esta cuestión ya que el hombre (al que se impedía presenciar el nacimiento de sus hijos) sólo enmarcaba el cuadro de "padre de familia". Él era el que mantenía economicamente, el cabeza de familia, la máxima autoridad al que había que respetar simplemente por ser el padre y sin discusión. La madre ejercía el papel de ama de casa, la encargada de cuidar y atender las necesidades del pequeño y permanecia a la sombra del marido.

Por suerte el mundo está cambiando y aunque todavía nos queda mucho camino por recorrer hay que apostar por una conciliación familiar completa. Nuestros hijos son el futuro y de nosotros aprenden todo. Enseñemosles que es lo importante en la vida.



CADENA SER
LIBERTAD DIGITAL
MUY INTERESANTE

lunes, 26 de septiembre de 2011

Razonamientos con cuatro años


Feliz lunes a tod@s!!!!

Mi pobrecito marido hoy a tenido la vuelta al trabajo después de tres bonitas semanas de vacaciones y me parece que para él no ha sido de los mejores. Pero en fin... a ver si volvemos a la rutina cole-casa-mocos de lunes a viernes y nos normalizamos un poco en el caos del verano. De hecho, aprovecho para compartir un razonamiento de los que hace Mayor de vez en cuando.

Resulta que Mayor incluso después de haber dejado de mamar tiene mucho cariño a mis pechos, le encanta toquetearlas, darles besos e incluso pegar alguna chupetada (hoy incluso me ha dicho que le gusta la leche de mamá porque sabe a coco). Bueno, el caso es que el otro día me dice:

- "Mamá, ya sé porque tienes las tetas así, como están llenas de leche por todo esto están muy grandes y caídas para abajo".

Jajaja, vale a lo de grandes, pero a lo de caídas para abajo...

jueves, 22 de septiembre de 2011

La lactancia como algo obsceno


No puedo dejar de darle vueltas a un comentario que me hizo una amiga mía sobre su visión de la lactancia. (He de aclarar que esta amiga no tiene hijos y que confío que su visión sobre el asunto cambie cuando los tenga).

Resulta que cierto día, en una fiesta, una madre estaba sentada con su hij@ de año y medio en brazos. Tódo el mundo comía lo que le apetecía, charlaba y pasaba el rato. El bebé hacía lo mismo, comía de esto y de lo otro y entre medias le pidió teta a su madre que muy tranquilamente se la dio. CRASO ERROR.

A mi amiga le pareció algo de muy mal gusto, dice que se sintió incomoda, que si le quiere dar la teta al niño que se aparte un poco y lo haga más discretamente porque seguro que a alguien más también le sucediese lo mismo que a ella. Me comentó también que el niño no necesitaba comer teta en ese momento porque ya estaba comiendo de otras cosas y no encontraba la necesidad de "sacarse la teta delante de todo el mundo". Incluso comentó que se le quitaron las ganas de tener hijos después de ir a esa fiesta.

Le ha dado muchas vueltas al asunto sobre porqué se puede tener esa visión de la lactancia y he llegado a la conclusión de que por desgracia la sociedad no está acostumbrada a ver a madres amamantando a sus hijos. Me entristece enormemente pensar que hemos crecido en la generación-biberón y el hecho de ver a una madre con la teta fuera (sobre todo si el niño es un poco mayor) no es lo normalizado, es extraño e incluso para algunos resulta de mal gusto.

El biberón es una ayuda cuando existe un problema real en la alimentación NUNCA una alternativa a la lactancia.

Dar el pecho a nuestros hijos es bueno, saludable y natural. Por eso tenemos tetas. Nos hartamos de ver pechos en todas partes pero luego nos escandalizamos si una madre alimenta a su hijo en un restaurante. En fin. Triste pero cierto.

Desde aquí reivindico a todas las madres que alimentamos con teta a nuestros hijos que no nos escondamos, que no nos oculten ni nos desplacen, que no nos releguen a alimentar a nuestros peques en salas de lactancia o en rincones oscuros y apartados del resto. No somos raras, ni tampoco marginadas. Somos madres que hemos optado por lo mejor para nuestros hijos y para nosotras.

QUE NO NOS ESCONDAN.

viernes, 16 de septiembre de 2011

El carrito: ¿una ayuda o un castigo?

Pues ya aterrizamos de Lanzarote y volvimos de una isla volcánica llena de hoteles, ingleses, tiendas y demás cosas preparadas para el turismo.

La verdad que para una semanita no está mal y para mi, el mayor acierto fue coger un cochecito para recorrer la isla a nuestro ritmo, ya se sabe que con peques hay que contar con otras necesidades y otros tiempos. Así si encestábamos parar no teníamos que depender del autobús y de las odiosas visitas guiadas que te tratan como ganado... pero bueno...

Lo que me ha dado mucho que pensar es el tema carrito. Lo primero fue decidir si llevárnoslo para "cualquier cosa" y decidimos que si. El resultado ha sido que no lo hemos utilizado. Tengo un supercarritomegachulo con montón de pinchos y Pequeña nunca quiere utilizarlo mas que unos minutos por lo que acaba en casa o es utilizado para cargar la compra, maletas y demás accesorios que siempre llevamos encima.

Reconozco que tener un carrito y que el peque quiera ir en él es lo más cómodo y práctico que hay para nosotros ya que podemos hacer un montón de cosas con el niño ahí sentado entreteniéndose con las microparticulas que flotan en el aire... definitivamente Pequeña no es de esas. No se entretiene con algo más de dos minutos seguidos por lo que el carrito no es santo de su devoción. Nos acabamos defendiendo con el "turno en brazos" o con la manduca y no nos va del todo mal. Es cansado pero nos funciona bien.

Otro extremo es el que he visto estas vacaciones, los casos de niño-carrito, en los que ambos eran una sola cosa. Bebes que eran alimentados (a biberón claro) en un carrito, otros más mayores que permanecían ahí sentados mientras sus padres comían en la mesa, otros que los veías por la mañana y por la tarde y por la noche siempre en "su sillita"...

Esto me lleva a plantearme dos cuestiones la primera es que ¿obligamos a nuestros niños a permanecer impasibles en el carrito ajenos a investigar el mundo que les rodea por nuestra propia comodidad? o ¿es voluntad-comodidad-carácter del niño permanecer comodante sentado sobre él mientras observa el planeta?

A vosotros ¿que os parece?, ¿cual ha sido vuestra experiencia?

martes, 6 de septiembre de 2011

De vacas


Siiiiiii, por fin me llegó la hora. Mañana partimos rumbo a Lanzarote para estar una semanita disfrutando de un todo incluido.

Y pienso sacar montooooones de fotos y disfrutar mucho, mucho con mi señor esposo y mis peques.

Vendré nueva y renovada 100%.

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